PLAN DE EMERGENCIA PARA UNA FÁBRICA DE ARTES GRÁFICAS

 

Hasta ahora, en ideasdebombero he ido mostrando las propuestas que durante un largo proceso de tiempo fui exponiendo a mis superiores del Cuerpo de Bomberos de Barcelona ( SPEIS de Barcelona) con la intención de mejorar las metodologías intervención en diferentes tipos de servicios y con distintos medios.

Lo cual me consta que a pesar del tiempo transcurrido estas propuestas al menos en la web tienen aceptación.

 

Por ello se me ha ocurrido que también pueden ser interés, los trabajos que durante un tiempo estuve realizando en diferentes empresas, donde en principio me ofrecía para mantenimiento del material contra incendios y como formador de bomberos de empresa y normalmente acababa asesorando al responsable de seguridad ayudándole a confeccionar unos planes de emergencia que en aquellos tiempos (1970 -1982) existían en muy pocos lugares. (En el año 1982 la ley de incompatibilidades para funcionarios públicos me obligó a abandonar esta actividad )

      

Me he encontrado con apuntes, dibujos, y alguna fotografía que me han recordado el éxito que tenían mis dibujos y gráficos cuando acompañaban planteamientos de seguridad, para los que las únicas referencias se encontraban escritas en otros idiomas, partiendo de normativas, protocolos y uso de medios que no existían en nuestro país.

 

He pensado que aquellos planteamientos de seguridad, gráficos o planes de emergencia que estuve haciendo para las empresas, los podría exponer en la web por si (a pesar de su simplicidad) pudieran ser de utilidad para el gran número de técnicos de seguridad que han surgido como consecuencia de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales de 1995 . Se trata de dar a conocer ejemplos prácticos de como planteaba y organizaba un plan de emergencia contra incendios, cuando no había ninguna norma o referencia oficial desde donde partir y lo que costaba conseguir presupuesto para protección y seguridad cuando no había ley que lo obligara.

 

Para ello he elegido una empresa importante, muy querida por mi y ya desaparecida donde se trabajaba con diferentes tipos de inflamables que suponían riesgos no solo por la diversidad de lugares donde se empleaban sino también por los recipientes que los contenían (al principio, bidones de plástico, regaderas metálicas sin sombrero, cubos y recipientes sin tapa, etc.) A esta empresa de la que solo he encontrado apuntes en borrador de planos e instrucciones le daré el nombre de "Gráficas Celo" y como su nombre indica se dedicaba a las artes gráficas.

 

Gráficas Celo estaba ubicada en un polígono industrial cerca de Barcelona y el cuartel de bomberos más cercano se encontraba a una distancia de 13 minutos (si todo iba bien) por ello el planteamiento que le hice al ingeniero de la empresa fue que si se producía un conato de incendio en una sección, este lo tendrían que sofocar los propios trabajadores y si no lo conseguían con la llegada de los bomberos a los 13 minutos lo único que se podría evitar (con suerte) es que el incendio se propagara a otras secciones. 

 

El gráfico puede dar una idea de las dimensiones de la fábrica y como estaban distribuidos sus principales riesgos.

 

PLANO DONDE SE HAN REMARCADO LOS PRINCIPALES RIESGOS EN DISTINTAS SECCIONES

 

 

En su origen la fábrica disponía de diferentes medidas y medios de protección que fue aumentando con el paso del tiempo como consecuencia de las nuevas normativas y de un incendio de cierta importancia. Las iré mostrando progresivamente para que se pueda tener una idea de como era y como estaba protegida.

 

Empezaremos por la protección más elemental que constaba de extintores portátiles manuales y extintores portátiles sobre ruedas distribuidos estratégicamente según el riesgo de cada sección y lugar. Los extintores manuales de polvo se intercalaban con la novedad que suponían los "nuevos" extintores de halón que permitían su utilización sin que después fuera necesario tener que cambiar o filtrar las tintas o aspirar y limpiar el polvo de las máquinas.

 

Cada mes se comprobaba que todos los extintores estuvieran en su lugar, liberando obstáculos para su acceso, recargando y reparando, dejándolos operativos y accesibles, después se confeccionaba un informe escrito sobre las anomalías ya solucionadas con copia para en archivo y copia para el encargado de cada sección.

 

Al exterior y en un depósito enterrado, la fábrica disponía de 300 m3 de agua para incendios y 150 m3 de agua para servicios si bien en caso de necesidad se podía destinar la totalidad del agua para el incendio.

Dos bombas eléctricas y una jokey, más una motobomba de gas oil de funcionamiento automático por depresión (al utilizar una manguera) garantizaban el suministro de 50 m3 de agua a 10 bars por un anillo de tubería de 200 m/m que circunvalaba la fábrica y el patio de donde emergían bocas de incendio equipadas BIES, y cuatro hidrántes, alimentando también la instalación fija de espuma para los diez depósitos que sumaban 200.000 litros de inflamables.

La distribución de válvulas en el anillo permitían con su cierre, reparar, añadir o cambiar tramos de tubería manteniendo el anillo y la instalación operativa.

 

 

Las zonas donde había más posibilidad de producirse un incendio quedaban compartimentadas por dieciséis puertas cortafuegos de cierre automático por guía inclinada, que también se comprobaba semanalmente la ausencia de objetos que pudieran obstaculizar su cierre

 

 

 

 Distribuidos por toda la fábrica se encontraban los detectores iónicos de humo centralizados en un cuadro de detección situado en la entrada principal de personal junto al llamado Punto de Reunión de Emergencias.

El cuadro de detección dividía la fábrica por sectores de incendio numerados, cuando se activaba un detector, sonaba una alarma acústica durante cinco segundos en toda la fábrica y en el cuadro de detección quedaba iluminaba una casilla con el número que indicaba en que sección de fábrica se había detectado humo.

 

El Punto de Reunión era un habitáculo donde además vestuario y equipamiento para bomberos disponía de dos walkies emplazados en sus cargadores y dos copias tamaño folio del plano general de la fábrica y a través de unas pestañas se extraía e identificaba el sector donde se había detectado el incendio con el protocolo de actuación previsto para ese sector.

También en dichos planos se localizaba los puntos desde donde cortar la corriente eléctrica en cada una de las zonas o secciones

En el plano de pestañas anterior se puede apreciar como se utilizaba y la información que proporcionaba

 

El punto de reunión era además, el cuarto de bomberos donde había vestuario y equipamiento para 15 bomberos. Cascos de plástico amarillos, chaquetones con capuchas impermeables, guantes, mascaras anti-humo, linternas en sus cargadores, dos equipos de respiración autónoma, botas de goma, una caja con diferentes herramientas de mecánico y electricista, diez bidones de 25 litros de espumogeno,etc.

 

La pre-alarma podía sonar de forma automática como consecuencia de activarse los equipos de detección o también podía ser accionada por la telefonista cuando alguien le comunicaba que se había producido un incendio en un lugar y los detectores todavía no lo habían detectado por la facilidad y rapidez de inflamación de los disolventes que se utilizaban.

 

Cuando sonaba la pre-alarma un operario-bombero de guardia de cada una de las secciones más cercanas, acudían al Punto de Reunión para saber el lugar donde se había producido el fuego y poder recoger material y equipo para poder combatirlo.

 

Un responsable (el mensajero) de la sección de Tintas ( la más cercana al Punto de Reunión) tenía que acudir al cuadro de detección y al cuarto de bomberos

Se informaba (en el cuadro de detección o escuchar por teléfono) en que sección se había producido la pre-alarma de incendio y

 

Tenía que coger uno de los walkies y el plano de pestañas y dirigirse (el solo) a la zona de pre-alarma, desde donde vía walkie tenia que informar a sus compañeros que acudían al  Punto de Reunión. . .

 

si se trataba de una falsa alarma

si el fuego había sido controlado por el propio personal de la sección o

si se precisaba la presencia del equipo de segunda intervención

 

Mientras tanto los operarios-bomberos que acudían al Punto de Reunión, también quedaban informados de la sección de la alarma y ponían el marcha en segundo walkie para escuchar al mensajero

Comprobaban la pestaña numerada del segundo juego de planos valorando las opciones de ataque y distribuyendo los medios que tendrían que portar cada uno al lugar en el caso de confirmarse vía walkie una alarma real.

 

Las falsas alarmas eran bastante frecuentes debido  al gran número de detectores iónicos distribuidos por todas las dependencias y a la sensibilidad de estos aparatos ante el polvo, la humedad, golpes, ruido, etc. quedando expuestas en un

 

También periódicamente como consecuencia principalmente de la electricidad estática se producían conatos de fuego que el propio personal siempre sofocaba a los pocos segundos empleando los extintores portátiles.

 

En proporción al riesgo y al número de personas que trabajaba en cada sección en todas las secciones habían de dos a diez operarios voluntarios como bomberos que eran los que generalmente sofocaban los conatos

 

Se planteo un exitoso sistema que consistía en realizar mantenimiento semanal de las instalaciones contra incendios por los mismos operarios, realizando al mismo tiempo maniobras de intervención por el interior de la fábrica empleando mangueras con agua y espuma.

Para ello se formaron grupos de seis a diez voluntarios de diferentes secciones y turnos con los que me reunía todos los sábados de 9 a 13 horas (salvo el mes de agosto) con el incentivo de cobrar las horas extras triples como festivo y nocturno.