ERRE QUE ERRE
El paso del tiempo va borrando muchas cosas que habían sido vitales para mi forma de pensar y de hacer.
Ya hace once años que me he jubilado, actualmente ya no sueño con bomberos, ya no me despierto corriendo detrás del vehículo que sale del parque y se dirige al fuego, ya no me estreso tratando de localizar mi equipo en la percha, mientras el coche arranca.
Este tipo de sueños hacían que me despertara bruscamente, supongo que seguía estando muy arraigado a bomberos, a lo mejor podían tener algún significado, pero no lo he buscado.
Si bien cuando aparecen imágenes en la televisión o cuando por la radio escucho noticias de incendio, es cuando se dispara algo en mi interior (como en los viejos tiempos) intento adivinar las causas, el que y el porque de lo que estoy viendo o de lo que están diciendo.
Me llama la atención de ver, la imagen reciente de un bombero en la cesta del vehículo escalera, lanzando agua para atacar o para proteger empleando una manguera de 25 m/m.
Parece que todavía hay quien no tiene claro que la manguera de 25 se ha de emplear únicamente en incendios de bosque o en incendios de nivel 2 (reconocimiento e incendio de cosas en interior de viviendas) ver Bravo 2
Para incendios de nivel 3 ver Charlie en exteriores o en el interior de viviendas, industrias, talleres, comercios, almacenes, etc. la primera línea de ataque, la línea que maneja el portalanzas ha de ser de 45 m/m, dado que esta permiten regular un caudal adecuado a la voracidad de las llamas y ante un aumento brusco de la temperatura, deflagración o Flashover con un solo movimiento en la lanza se amplia el caudal al máximo con la formación de una pantalla, que protege a los portalanzas cubriéndolos con un caudal de 400 l/m, lo que no es posible con los 100 l/m que proporciona una línea de 25 m/m.
En la cesta de la autoescala siempre se han de instalar líneas de 45 m/m, para atacar desde el exterior, para evitar la propagación vertical (convección) o la propagación horizontal (radiación) a las zonas colindantes, y especialmente para proteger a personas formando pantalla de agua entre ellas y las llamas
El incendio muestra su voracidad en forma de llamas y humo, esta indicando al bombero el caudal que a de utilizar para combatirlo. Atacar con una línea de 25 m/m porque así lo indica el protocolo es un grave error.
Situada la cesta al mismo nivel de la planta y frente a la ventana o balcón desde donde lanzar el chorro de agua supone un riesgo y desperdicio de agua.
Situando la cesta a un lado y por debajo de la planta en llamas permitirá que todo el chorro de agua se transforme en vapor al impactar contra el techo (donde se se concentra el humo más denso y la mayor temperatura) al tiempo que reducirá la posibilidad que una eventual deflagración pueda alcanzar a los bomberos que se encuentran en la cesta
ver video El portalanzas Con manguera de 45m/m lanza durante 10 segundos 400 litros/min de agua pulverizada que impactan con las paredes y techo ardientes. Son solo 66,4 litros de agua, toda ella transformada en vapor, 92.400 litros de vapor en 10 segundos
Imágenes de la película El Hombre del Pistero del año 1955 para formación de bomberos
ver video El portalanzas c
La brutal transformación del agua pulverizada al impactar brevemente con paredes y techo muy calientes consigue que toda el agua se transforme en vapor aumentado su volumen 1700 veces, lo que en un local confinado supone un considerable aumento de la presión que empujara el vapor junto con los gases calientes y las pequeñas partículas de carbón que forman el humo, por las aberturas, agujeros o grietas por donde momentos antes a menor presión se había ido colado el humo y los gases, consiguiendo con ello inhibir su inflamabilidad o la formación de llamas
Un 30% de vapor en un local confinado impedirá la formación de llamas o inflamación del humo conocido como flashover
Con una manguera de 25 se podría hacer lo que se ve en este video. . . ?
ver video El portalanzas a
Si has iniciado el ataque con manguera de 25 y después añades una segunda línea de 25 para reforzar, es que no atinas a valorar lo que el incendio te estaba pidiendo a la llegada.
Erre que erre . . .